29.12.10

Para el chico de las cartas sin correo

Y le respondo al chico de las cartas sin correo.


Lo conocí hace años, cuando estudiaba un idioma foráneo,  dibujando  en mis cuadernos, mientras me contagiaba  su manía por la luna y las señales del destino. No sé en qué momento de mi vida lo conocí, pero siempre estuvo ahí para decirme que no me preocupara, que todo pasaría, y en verdad con el tiempo aprendí que es así.

Siempre preocupado de los demás, tomándose la molestia de hacer que las personas se sientan bien, desde el hecho tan simple de conversar para preguntar sobre tu día, hasta escribiendo sobre ellas en su blog, o compartir canciones de Arjona. El único que me considera la mujer perfecta por ser la chica casi perfecta. Según él, aceptar que no lo soy, hace que lo sea.

Es el aquel amigo perenne, el que aunque no veas siempre está atento a escucharte. Él es el  que te dice que vale mucho más de que piensas y el que estaría dispuesto a matar a cualquier por ti. La persona que te saluda para hacerte recordar que se preocupa por ti y darte el “no te preocupes, todo estará bien” diario.

Corremos la misma suerte desdichada en el amor, pero en el fondo sabemos que la magia llegará y que eventualmente aparecerá alguien que nos hará olvidar todo lo malo pasado y que nos hará creer que vale la pena enamorarse y contra la filosofía lavoeista, algunas cosas duran para siempre.

En fin, solo me queda agradecerte, por tu compañía virtual, por tus palabras de aliento, por mi fijación en la luna y porque gracias a ti se que todo estará bien.

Imagen: Internet