23.3.08

Hogar... dulce hogar

Extrañaba a mis amigos, en lo que cabe extrañar a la gente con la que convives todos los días, mis amigos de la universidad, y los que no extrañas porque sabes que siempre van a estar ahí, los de siempre. Y extrañaba también a los que sé que estarán por un tiempo y que luego se irían y cuando los vea pasar diré “el [o ella] fue mi mejor amigo alguna vez”. Antes solía clasificar a mis amigos en mejores amigos, buenos amigos, conocidos y no sé cuántos grados más tenía; esa época de la vida cuando piensas que tienes más amigos que nadie y que por lo menos tienes veinte mejores amigos, porque son con los que comes en el recreo del colegio y con los que paras en el descanso del ICPNA.

8.3.08

Guayaquil de mis amores...



Comenzaré con Sandra, mi mejor amiga, compañera de aventuras y confidente durante mi estadía en esa región extraña. La conocí el día que llegué. Había escuchado tanto de ella por medio de mi papá, sin embargo, no pude vislumbrar que se pudiera dar una amistad tan fuerte, que espero trascienda en el tiempo y el espacio y, conociéndonos, es probable que en efecto, así sea. La historia de Sandra, no es un cuento de hadas, pero no quito la posibilidad de un vivieron felices por algún tiempo o fueron felices algunos días. Sin embargo, como todas las historias de acá comenzó en otro país, Ecuador.

Vida fuera de casa



Llevo una semana fuera de casa, en el lugar donde muchos quieren venir, pero una vez acá no veo porque…. En Estados Unidos cada uno hace su vida, no se siente el calor de casa, que puedes sentir incluso cuando no estás en ella.