24.3.10

Movilidades escolares

Las odio, no comprendó como pude ir alguna vez en una, y al hacerlo, no puedo recordar a los señores García siendo tan bestías. Ellos nos querían.

Regresé a la realidad de madrugar para llevar a mi madre al trabajo. En sólo dos días he podido sufrir y recordar otro de los problemas como piloto en esta cuidad. Esas camionetas azules, blancas, amirillas o verdes, llena de niños, que doblan sin parar, frenan en seco, y revientan el claxón en la puerta del domicilio del niño que recogerán a tan tempranas horas. Pobres infantes.

Recuerdo que fui en movilidad hasta secundaria cuando me consideraron lo suficientemente grande como para poner tomar la 19C, que me dejaba en las proximidades de mi hogar. De niña nunca tuve mayores inconvenientes. La movilidad solo me recogía del colegio, y era una de las primeras en llegar a su casa,  pues mi papá me dejaba en el colegio en la mañana. Salvo que el auto se malograra, o algo mínimo, no recuerdo mayores problemas. Pero ahora las evito en la mañana, salgo antes y regreso luego de que pasen a recoger a los niños de por mi casa. Les agarré un poco de cólera y me hice la promesa de nunca dejar que mis hijos vayan en ellas.

Pongo a las movilidades escolares dentro de las amezanas de tránsito.

¿Ustedes han ido en movilidad? ¿Les iba mal, les iba bien?

19.3.10

#YoConfieso

#YoConfieso que he sido una ingrata con mi blog, que los @ y los #  ocuparon un tiempo mi vida y pues, lo mucho o poco que me pasaba lo comencé a publicar por Twitter, por alguna razón 140 caracteres se me hacían mucho más facil que un nuevo post.

Tengo que decir que también me autocensure, alguien lo revisaba siempre, así que ya no podía ser mi fuente de desahogo como solía ser. La nessecidad de decir las cosas, se vio un poco suprimida por las nuevas circunstancias, trate de escribir a mano como en el pasado, pero por alguna razón no funcionaba. Tengo que confesar que les agarré cariño. Sí, a ustedes que me leían y me comentaban, a ustedes que se identificaban, pensaban  lo mismo, o me daban la contra. Así que prometo volver. Al menos volver tan seguido como lo hacía antes, hablando de todo y de nada, y diciendo las cosas... Aunque no te importe.