Luego de tres intentos, finalmente fui a un concierto de Ricardo Arjona (Opositores, por favor no dejar de leer en estos momentos).
La primera vez que casi voy fue cuando una amiga, compró entradas con meses de anticipación, el concierto sería en Miami y yo solo tenía que ir y tendría un lugar asegurado. Bueno, eso no pasó.
La segunda vez, él se presentaría en Perú, con la entrada en mano y lista para ir con mis amigas de toda la vida, pero una semana antes del concierto me enteré que me tenían que operar, y entré a cirugía un día antes del show. Mi entrada se fue a otra persona y yo me quedé por segunda vez sin concierto.
Hace una semana, una amiga de mi ex trabajo, posteó en Facebook que vendía sus entradas para el concierto, de curiosa pregunté y luego de consultar con K (el novio mío) si me podría acompañar terminé siendo la portadora de dos entradas a zona preferencial del tour Metamorfosis de Ricardo Arjona, solo para darme cuenta que quizás la que había sufrido una Metamorfosis había sido yo.
No sé en qué momento me comenzó a gustar el guatemalteco esté. Recuerdo haberlo escuchado de casualidad muy de niña en la Feria del Hogar, y cuando crecí, fue mi fiel compañero de depresiones y promotor de más de una catarsis motivo de alguna pena.
Grande fue mi sorpresa en ir mutando mis gustos de las canciones más tristes, hacia las más sociales, y más aún cuando al prepararme para el concierto ya muchas de las canciones que más me gustaban ya no tuvieran un efecto negativo en mí y darme cuenta que apreciaba más la melodía y otras cosas. Ya no podía relacionar las letras con mi estado de ánimo. "Estoy bien", pensé.
Finalmente fui al concierto con K, para mi sorpresa y la suya, la pasamos mejor de lo pude imaginar y él se sabía más canciones de las que estaba al tanto. La puesta en escena era genial, contando con todos los cambios de escenarios, la propuesta conceptual y las talentosas personas que tocan con él.
Al final, creo que lo mejor del concierto (aparte de ir con K) fue darme cuenta de la Metamorfosis en mí, y no se trata de la música de Arjona, quizás se trata de finalmente ser feliz.
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