5.2.09

cArNaVaLeS

Una vez al año llega ese mes horrible, en el cual si no te cuidas terminas empapada de pies a cabeza, con grandes posibilidades de terminar con todo lo que cargas contigo malogrado lo cual incluye celulares, cuadernos, libros, maquillaje, accesorios, etc.


Por regla general, de pura criollada, uno juega carnavales cada domingo del mes de Febrero, sin embargo en cualquier día del mes puedes ser ataca por un rebaño de mocoso, o gente más grande que te hará correr, renegar y en el caso más desafortunado, a veces, caerte. Otros más necesitados aprovechan la oportunidad de ‘tocar’ luego obviamente mojarla con balde, con globo, con pistola, luego de todo eso sigue la mano.


Recuerdo que cuando éramos pequeños, en mi barrio jugábamos todos los niños contra todas las niñas, como fuerte de los hombres la casa de Marino y como el nuestro la casa de Raquel; el parque era zona de guerra donde jugábamos o dónde al caer la tarde mis amigos iban cayendo uno por uno al lodo que nosotros mismos habíamos formado. En la noche el número de caídos se contaba por la cantidad de pedazos de globos de colores tendidos en el piso del parque, en la pista, en las veredas, dentro de las casas, etc.


Cuando jugábamos con la familia de mi papá era mucho peor. Mis primos, todos ellos mayores, llenaban una tina roja afuera de la casa de mi abuela dónde nos iban tirando uno por uno, no se salvaba nadie, en serio NADIE, ni la gata ploma que alguna vez Kike tiró dentro. Los globos eran llenados con agua y uno que otro con talco, violeta genciana, acetil rojo, tempera, pintura, o lo que encontraran. Para qué, era divertido y al final de la tarde terminábamos todos mojados e incluso un poco resfriados.


Hoy regresando de la playa pude haber muerto [ y no exagero]. Venía yo caminando escuchando música y llegando a mi casa siento un salpicón de agua por mis pies, no le doy importancia, pero tampoco puedo encontrar el punto de origen; sigo caminando, termino de cruzar la pista y mismo Spiderman siento como viene otro globazo directo hacia mí y sobreparo un poco y en el instante golpea la pared salpicándome otro poco pero sin mayores daños. De haberme caído me mataba, golpeo la pared a la altura de mi cabeza y lo tiraron con fuerza del otro lado de la pista, un baboso sin vida que se escondía detrás de un camión repartidor de gaseosas.


En fin, ahora tengo sentimientos encontrados, odio a esos estúpidos que no tienen nada más que hacer que mojar a quien no conocen, pero me gusta recordar eran las cosas antes… en fin… ya veremos qué pasa el domingo….


Por lo menos todavía no me mojan :P

1 comentario:

Anónimo dijo...

bueno ...no sé como decirlo...este...AMO SER HOMBRE...ojalá y no te mojen... :p