Los tiempos cambian...

Si alguien me hubiese dicho hace 2 años, que tendría la relación que tengo ahora con mi hermana, no lo hubiese creído.

Jéssica [ sí, con tilde, error de mi papá al inscribirla cuando nació], es una persona rara, rehúye a los abrazos, te odia en un momento y te ama al otro, habla sola y a veces por teléfono, anda con sus 'orejitas' escuchando música a todo volumen, peleándose con alguien o renegando con el aire, pero es así, con el mismo carácter de miércoles de mi padre y con la cara que nos identifica como sus hijas.

Jodida y lengua de trapo como ella sola, derramadora oficial de bebidas, deportista negada y quejona de naturaleza. Pero es buena gente cuando quiere. De humor cambiante y genio del demonio.

En los últimos meses, nos hemos acercado bastante diría yo, con la confianza que en verdad nunca había tenido con ella y la familiaridad no tan implícita que teníamos como hermanas. Pero es bueno. En algún momento este año, le dije que desearía que sea más como Sandra, mi amiga de la cuál ya hablé, pero la relación que tenemos ahora es diferente y muy gratificante.

Ahora, es como tener a uno de tus mejores amigos en tu casa, que duerme en tu cuarto y te quedas viendo tele y peleando por el control remoto. Es llamar a alguien durante el día e irle contando lo que te ha pasado y decirle más tarde hablamos o llamarla para ver como está cuando no la ves mucho tiempo. Es querer pegarle al tarado con el que anda porque la trató mal y no apoyarlo para molestarla, es hacer planes para salir con ella el fin de semana y dejar de ser la hermanita con la que no quiere andar.

Un día, la primera vez que salimos, le dije: "Monki, ¿sabes porque ya estás vieja? Porque ya sales a tomar con tu hermanita menor." Y aunque no es malo y de hecho nos peleamos por cosas de la casa o nos gritamos mutuamente, es diferente... hemos crecido, los tiempos han cambiado y definitivamente..... Nosotras también.